Apodada cariñosamente como «el torpedo», además de sus innumerables medallas será recordada por los nueve récords mundiales que batió en Sídney 2000.
Béatrice Hess nació el 10 de noviembre de 1961 en Colmar, Francia |
Béatrice Hess nace con una minusvalía provocada por una osteomielitis. La osteomielitis es una infección del hueso causada generalmente por bacterias, micobacterias u hongos. A los 13 años se sometió a una operación. Realiza la rehabilitación en Berck (Pas-de-Calais), un balneario especializado en enfermedades de los huesos.
Allí, durante cuatro años y medio, recibe una educación muy estricta y un cuidado postoperatorio muy restrictivo. Durante estos años de adolescencia Béatrice Hess se vuelve muy independiente y va forjando una fortaleza de carácter que explotará más tarde.
Pasa por más operaciones y rehabilitaciones. Esto no le impide obtener su certificado de asistente de contabilidad y un diploma de contabilidad. Al regresar a su Colmar natal se une al Club Sélestat. Por entonces todavía caminaba.
En 1983 comienza a moverse en silla de ruedas. Encuentra en la natación una vía de escape, el agua se convierte en su gran aliado. Allí hace desaparecer su minusvalía y siente que avanza como todo el mundo. Los Juegos Paralímpicos de Nueva York en 1984 marcan el inicio de su consagración: 4 medallas de oro. Este año marca, por tanto, un punto de inflexión en su vida: el inicio de su carrera deportiva.
En 1988 participó en los Juegos Paralímpicos de Seúl, que fueron los primeros en celebrarse en las mismas condiciones y en los mismos lugares que para las personas sin discapacidad. Su carrera deportiva esta totalmente lanzada. Siendo en los paralímpicos de Atlanta y Sídney donde mantuvo una hegemonía espectacular. Con 6 y 7 oros respectivamente.
Al final de su carrera ganaría 25 medallas en los Juegos Paralímpicos de Verano entre los años 1984 y 2004. 20 oros y 5 platas. Al regresar de los Juegos Paralímpicos de Atlanta en 1996, Béatrice Hess recibe el premio Chevalier de la Légion d’Honneur.