Carlos Sainz y Luis Moya pierden el mundial del 98

Carlos Sainz; el mundial que perdió casi en meta

Momentos históricos

Pocas veces se ha visto en el deporte una manera mas cruel y sorprendente de perder una competición. Pero lo que estaba en juego no era solo una carrera sino un mundial, el trabajo de todo un año perdido a escasos metros del final.

Era noviembre de 1998. Makinen, ganador de la última carrera en Australia, llegaba líder al Rally de Gran Bretaña con 58 puntos sobre los 56 de Carlos Sainz. Ambos llegaban con las espadas en alto, pero ya el primer día saltó la sorpresa. En uno de los tramos ‘Micky Mouse’, realizados alrededor de los circuitos de Silverstone y Donington, el aceite perdido por uno de los coches clásicos que circulaba entre pasadas fue letal para Makinen. Su coche derrapó y rompió una rueda contra un bloque de cemento que delimitaba la calzada. Hay acabó su participación en el rally.

Esto unido al abandono de Marcus Grönholm, por un incendio en el motor, Ari Vatanen, por problemas electrónicos y del propio Colin McRae, por problemas de motor al quedarse sin aceite, dejaba un camino muy despejado a los españoles para hacerse con el título mundial.

A Sainz y Moya les bastaba con quedar cuartos para hacerse con el título. Así que comenzaron a competir con mucha prudencia y sin tomar mas riesgos de los necesarios para defender esa cuarta plaza. El último tramo, una especial de poco más de 27 kilómetros, les daría su tercer título…

Cuando quedan 700 metros para el final comienza uno de los capítulos mas amargos para la historia del deporte español. El Toyota Corolla WRC comienza a hacer un ruido extraño. Algo sin duda no marcha bien, el coche empieza a echar humo blanco y Sainz se ve obligado a detener el vehículo. Nada más bajarse del vehículo, Sainz hace un aspaviento con los brazos.

Luis Moya, su inseparable copiloto abre el capó y con un extintor apaga el fuego del motor. El Toyota no volverá a recorrer un sólo metro. Es entonces cuando Luis Moya, pronuncia una de las frases más famosas en el mundo del automovilismo y del deporte: ¡Trata de arrancarlo Carlos! ¡Trata de arrancarlo, por Dios! A los pocos minutos, Carlos Sainz desiste, ya que viendo el humo tan blanco que salía del motor, sabía perfectamente que era una avería bastante importante.

Cada uno reacciona de manera muy diferente. El piloto madrileño no decía nada abatido, cabizbajo, metido dentro del coche, su cara era un poema. Mientras tanto, Moya era víctima de la más absoluta desesperación y comienza a dar golpes sobre el Toyota. Primero lanza patadas a la puerta del coche y después, fuera de sí, destroza la luna trasera con un golpe con el casco.

Muchos se preguntaron si podría haber ganado empujando el coche esos 500 metros, lo cierto es que el rally no se terminaba hasta llegar al último enlace que se encontraba a unos 70 km de distancia. Carlos Sainz no volvió a ganar nunca un Mundial de Rallys, aunque siguió en la lucha seis años mas completando grandes actuaciones.

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