Un grupo de jugadores que escribió una de las páginas mas brillantes del Real Madrid. El desparpajo y soltura de aquél grupo de jóvenes supuso un revulsivo para el fútbol de entonces y se convirtieron en un fenómeno social de grandes proporciones.
La quinta del Buitre empezaría su historia profesional cuando Manolo Sanchís y Rafael Martín Vázquez debutaron con el primer equipo en 1983 con Alfredo Di Stéfano como entrenador. Pardeza también jugó unos minutos esa temporada. El debut más memorable fue el de Emilio Butragueño en 1984. El joven canterano marcó dos goles y dio una asistencia en un partido que el Real Madrid remontó para ganar. La mayoría de estos jugadores jugaron en Segunda División durante esa temporada, ayudando al equipo filial del Real Madrid, el Castilla, a ganar el título de esa liga. Algo que ningún filial ha logrado en estos años.
Al año siguiente Amancio se convirtió en el nuevo entrenador después de que Di Stéfano dejara el cargo. Durante esta temporada, todos los jugadores de La Quinta del Buitre, excepto Pardeza, tuvieron muchos minutos de juego. Pardeza abandonaría definitivamente el equipo en 1987. Viendo las dificultades que tendría para triunfar en el Madrid, decidió hacer su carrera en el Zaragoza. Allí siempre tendrá un lugar destacado en el equipo. Mientras en la casa blanca se viven momentos memorables en la Copa de la UEFA, donde el Real Madrid superó una derrota por 3-0 contra el Anderlecht con un histórico 6-1 en casa, en una noche brillante de Butragueño y remontó una derrota por 2-0 ante el Inter de Milán con una victoria 3-0 en el Bernabéu. Estas victorias han pasado a la historia como las noches mágicas de las grandes remontadas.
Durante las cinco siguientes temporadas el Real Madrid dominará la liga, llevándose cinco títulos consecutivos. En la temporada 1989/1990, el Real Madrid, con John Benjamin Toshack en el banquillo, establecería un récord histórico de 107 goles anotados. Pero sin duda la Copa de Europa fue la espina que le quedó clavada a la quinta del Buitre.
En las semifinales de la temporada 87/88, el Real Madrid se enfrentó al PSV Eindhoven, un partido que muchos daban por sentado que ganaría el equipo español. Sin embargo, en el partido de ida disputado en el Santiago Bernabéu, el Real Madrid no logró concretar su superioridad, empatando 1-1 con los holandeses. En el partido de vuelta en el Philips Stadion, el Real Madrid se lanzó al ataque y dominó todo el encuentro. Pero una defensa bien plantada y la brillante actuación del portero holandés Hans van Breukelen, mantuvieron la portería a cero.
Al año siguiente los merengues lograron venganza sobre el PSV, pero se enfrentaron al Milán de Sacchi en las semifinales. A pesar de ser favoritos, el Real Madrid perdió 1-0 en el partido de ida y fue derrotado 5-0 en el partido de vuelta en San Siro. A pesar de ello aquella temporada el Madrid firmó un doblete al llevarse Liga y Copa del Rey. Al año siguiente aquél mítico Milán de Sacchi volvió a ser la bestia negra de los madridistas, esta vez en octavos de final.
Con la salida de Martin Vázquez del club, posiblemente en su mejor momento, y el renovado Barcelona de Johan Cruyff empezando a dominar el fútbol español, la magia de la quinta del Buitre empezaba a diluirse. La temporada 1994/1995 marcó el final de La Quinta del Buitre. El triunfo del Real Madrid en la liga y el debut de Raúl González abrieron la puerta a los componentes de la mítica quinta. Emilio Butragueño, el ícono de La Quinta del Buitre, se retiró del Real Madrid para jugar en México. Martín Vázquez y Michel también abandonarían la casa blanca. Mientras que solo Manolo Sanchís, el único de la quinta que finalmente ganaría la Champions, se quedó en el equipo por unos años más.