Sin duda el peor accidente en la historia del automovilismo deportivo. 84 personas murieron y decenas resultaron heridas en la carrera de resistencia de 24 horas. Esta tragedia sirvió para que las autoridades deportivas tomaran medidas para mejorar la seguridad en las carreras.
La edición número 23 de las 24 Horas de Le Mans comenzó en la tarde del sábado 11 de junio de 1955. La rivalidad entre los equipos alemanes y británicos y sus pilotos fue intensa desde el inicio de la carrera. Especialmente llamativa era la obsesión de Mike Hawthorn de derrotar a los alemanes en cada oportunidad. Pero lo que se desató a las 18.26 de la tarde de ese fatídico día fue un verdadero infierno.
El piloto de Jaguar, Mike Hawthorn, había sido avisado por su equipo que debía detenerse en los boxes en la vuelta 35. Para llegar allí, debía atravesar la recta principal del circuito, donde estaba ubicado peligrosamente el área de boxes como si fuera una banquina. Sin embargo, al aplicar los frenos de disco, Hawthorn logró detener su auto, pero el Austin-Healey de Lance Macklin, que estaba delante de él, no tuvo la misma suerte.
Macklin, para evitar una colisión con Hawthorn, volanteó hacia la izquierda, hacia el centro de la pista. Pero justo ese era el camino de Pierre Levegh, quien conducía un Mercedes-Benz a unos 240 km/h. Sin tiempo para reaccionar, la rueda delantera derecha del Mercedes se montó sobre la parte trasera izquierda del Austin-Healey de Macklin, lo que provocó que el auto de Levegh levantara el vuelo, volcara y se estrellara contra la multitud de espectadores que se encontraban en las tribunas.
El choque fue brutal y, por desgracia, Pierre Levegh murió en el acto. Pero la situación se agravó cuando las partes más pesadas del Mercedes, el motor, el radiador y el tren delantero completo, volaban descontroladamente sobre la multitud, arrasando con todo a su paso. Solo el capot del auto de Levegh decapitó a muchos espectadores.
El caos y la tragedia continuaron cuando el tanque de combustible del auto de Levegh explotó, esparciendo partes de la aleación de magnesio del chasis al rojo vivo sobre la pista y la tribuna. Además, los bomberos, que no estaban familiarizados con este tipo de fuego, vertieron agua sobre las llamas, lo que avivó las mismas. El resultado final fue devastador: más de 80 personas perdieron la vida y cientos resultaron heridas.
A pesar del terrible saldo de fallecidos y heridos la carrera no se detuvo. Los coches continuaron en la pista mientras se instalaban morgues de emergencia. Los organizadores consideraron que era más conveniente que la carrera continuara, para evitar que los espectadores obstaculizaran la circulación de las ambulancias, que estaban evacuando heridos. La carrera fue ganada por Mike Hawthorn, acompañado por Ivor Bueb.
El trágico accidente de Le Mans 1955 provocó una conmoción mundial. Las autoridades deportivas se vieron obligadas a tomar medidas para mejorar la seguridad en las carreras de automóviles. Se implementaron cambios en el diseño de los circuitos y se mejoraron las medidas de seguridad. Por ejemplo la construcción de barreras y la instalación de dispositivos de seguridad en los coches. También se establecieron normas para limitar la velocidad de los vehículos y se mejoró la formación de los pilotos para que estuvieran más preparados en las situaciones de emergencia.
Imagen de portada FlyAkwa, CC BY-SA 4.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0, via Wikimedia Commons