Fueron una celebración en honor a Hera y una ventana a la participación de las mujeres en los deportes. Además es la primera competición atlética femenina conocida.
Los Juegos Hereos eran una competición atlética femenina celebrada en honor a la diosa Hera en la Antigua Grecia. Fueron descritos por Pausanias en su Descripción de Grecia y es considerada la primera competición atlética femenina de la historia. Aunque la participación de mujeres en los Juegos Olímpicos estaba prohibida, el ejercicio físico femenino era común en Esparta y Roma.
Antes de seguir me gustaría dedicar unas breves líneas a Pausanias. Fue un geógrafo y viajero griego del siglo II D.C., vivió durante el reinado de los emperadores romanos Adriano, Antonio Pio y Marco Aurelio. Se le conoce por su obra «Descripción de Grecia», una extensa descripción de la Grecia antigua basada en sus propias observaciones. La DescripcióndeGrecia de Pausanias está escrita en diez libros, cada uno dedicado a una parte de Grecia.
Hecho el inciso seguimos con lo nuestro. La competición la fundó Hipodamía, esposa de Pélope, como una forma de agradecimiento a Hera por su matrimonio. Una teoría alternativa sugiere que los juegos se crearon para apaciguar tensiones entre las ciudades de Elis y Pisa.
Los Juegos Hereos, la primera competición atlética femenina conocida, originalmente consistían solo en carreras atléticas. Se celebraban en el estadio de Olimpia, probablemente el mismo año que las competiciones masculinas y justo antes de éstas. Las mujeres competían divididas en tres grupos de edades, con un recorrido más corto al de los hombres, aproximadamente un 20 por ciento más corto.
Según Pausanias, las mujeres no competían desnudas como los hombres, sino que llevaban una túnica llamada Quitón o Chitón, que para la ocasión se recortaba por encima de las rodillas y dejaba al descubierto todo el hombro derecho hasta el pecho. Este Quitón también lo utilizaban los hombres en las competiciones que requerían un alto esfuerzo físico.
A las ganadoras en los Juegos Hereos se les coronaba con olivo, recibían la carne de las reses sacrificadas a Hera como premio, y tenían derecho a dedicar estatuas con su nombre e figurar en retratos colocados en las columnas del templo de Hera. Aunque se pueden ver las marcas donde estos retratos estaban situados, ninguno se ha conservado y no se han encontrado esculturas con nombres femeninos en las excavaciones de Olimpia.
Existen pocas referencias en las fuentes a mujeres que participaron en los Juegos Hereos, pero se cree que las espartanas eran las vencedoras habitualmente. El único nombre de una vencedora que se conoce es el de Cloris, un personaje mitológico. Hay una pequeña escultura de bronce en los Museos Vaticanos que algunos identifican con Cloris o una vencedora de los Juegos Hereos debido a su vestimenta, aunque hay quien declina esta teoría.
A partir de finales del período clásico y bajo la influencia de Roma, se permitió a las mujeres participar en los mismos festivales atléticos que los hombres, algo que no fue muy bien recibido en Grecia. Existen evidencias arqueológicas en inscripciones que atestiguan la participación femenina en carreras en Delfos en el siglo I d.C., en Nápoles durante el período imperial, y en los Juegos Capitolinos en Roma en el 86 d.C.