Con todo un país y el mundo del ciclismo paralizados para ver al ídolo del momento, solo Perico Delgado pudo dejar para la historia uno de los momentos mas surrealistas del ciclismo.
Pongamos la situación en contexto. 1989, Perico Delgado, ídolo nacional del momento en España, vencedor de la última edición del Tour, vencedor unas semanas antes de la Vuelta y gran favorito de la presente edición. Su personalidad y carisma paralizaban el país cada tarde de julio.
Ese 1 de julio de 1989 el mundo del ciclismo centraba su atención en la rampa de salida del prólogo del Tour de Francia, en Luxemburgo. Perico Delgado llegaba en un extraordinario momento de forma y pocos daban otro nombre como posible ganador final. Sean Kelly, por entonces en el PDM, fue el penúltimo ciclista en salir. Comenzaba a gestarse la tragedia, dos minutos para la salida del segoviano.
Jose Miguel Echavarri, director del equipo, empieza a entrar en pánico. Perico Delgado no aparece por la salida ni nadie sabe nada de él. Son la 17:17, hora de salida del gran favorito a la victoria. No aparece, el crono empieza a rodar, los segundo caen como losas, luego los minutos. Ese día Perico Delgado sale con 2´40´´ de retraso. Aun así hace el prólogo de su vida y solo cede 14´´ con Breukink. Sin embargo, el tiempo perdido en la salida hizo que terminara el primer día último en la general, a 2´54´´ del líder holandés.
Al día siguiente las cosas no mejoraron. Perico Delgado en un gesto de orgullo, demarró furioso en un repecho en el sector matinal. Por la tarde, se desplomó en la contrarreloj por equipos. Todos tuvieron que pararse a esperarle. Perdió más de cuatro minutos. El Tour no había hecho más que empezar y Perico, en el mejor momento de forma de su vida, era el farolillo rojo, a 7´20´´ de Fignon.
Circularon varias versiones los días posteriores sobre lo ocurrido en aquel prólogo. Lo cierto, como cuentan sus protagonistas, es que Perico perdió la noción del tiempo calentando por las calles aledañas y charlando con otros corredores, como Thierry Marie, sobre el recorrido.
En aquella época muy pocos eran los que usaban rodillos para calentar, y la zona habilitada para calentar era un tanto caótica. Nada que ver con estos tiempos, donde todo esta controlado al milímetro. A partir de ahí Perico Delgado realizó un Tour espectacular, al ataque. Llegó a estar a menos de dos minutos del líder y acabando aquella edición tercero a algo mas de tres minutos de Lemond.
Si todo hubiera ido normal no sabemos que Tour hubiéramos visto, pero entre la remontada de Perico y el titánico duelo entre Fignon y Lemond por la victoria aquel Tour pasó a la historia del ciclismo.
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